Sección Largometrajes
(Ceremonia de Clausura)
WHIPLASH
(Whiplash)
Damien Chazelle
Sábado 7 de marzo (Ceremonia de Clausura de la 24MCIP)
20 horas
Cine Ortega (C/ Colón 2)
Ficha ArtÃstica
Andrew
MILES TELLER
Fletcher
J.K. SIMMONS
Nicole
MELISSA BENOIST
Jim Neimann
PAUL REISER
Ryan
AUSTIN STOWELL
Ficha Técnica
Dirección:
DAMIEN CHAZELLE
Producción:
JASON BLUM
Guión:
DAMIEN CHAZELLE
FotografÃa:
SHARONE MEIR
Montaje:
TOM CROSS
Música:
JUSTIN HURWITZ
2013. Estados Unidos, 105’ Color
Sinopsis:
El objetivo de Andrew Neiman, un joven y ambicioso baterista de jazz, es triunfar en el elitista Conservatorio de Música de la Costa Este en el que estudia. Marcado por el fracaso de la carrera literaria de su padre, Andrew alberga sueños de grandeza. Terence Fletcher, un profesor conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza, dirige el mejor conjunto de jazz del Conservatorio. Cuando Fletcher elige a Andrew para formar parte del conjunto musical que dirige, cambia para siempre la vida del joven.
Palmarés:
Premios Oscar: 5 nominaciones incluyendo Mejor pelÃcula
Globos de Oro: Mejor actor de reparto (J.K. Simmons)
Premios BAFTA: 5 nominaciones incluyendo Mejor director.
Festival de Sundance: Mejor pelÃcula y Premio del público.
Seminci de Valladolid: Mejor director novel.
CÃrculo de CrÃticos de Nueva York: Mejor actor secundario (Simmons).
Damien Chazelle
Nació en Providence (Rhode Island) en 1985 y se crió entre Estados Unidos y Francia. En 2003, siendo un adolescente, ganó el premio al Mejor Percusionista en un concurso de jazz de centros de enseñanza secundaria de Estados Unidos, asà como el premio al Mejor Solista de Sección RÃtmica del Festival de Jazz de Dunellen. Escribió y dirigió su primer largometraje, Guy and Madeline on a Park Bench (2009), mientras estudiaba en la Universidad de Harvard y que se estrenó en el Festival de Cine de Tribeca. Ha firmado los guiones de El último exorcismo 2 (Ed Gass-Donnelly, 2013) y de Grand Piano (Eugenio Mira, 2013). Su cortometraje Whiplash obtuvo el Premio del Jurado del Festival de Sundance de 2013, y fue el germen de su segundo largometraje.
NOTAS DEL DIRECTOR
Abundan las pelÃculas que tratan la alegrÃa de la música. No obstante, como joven baterista en una orquestra de jazz de un instituto que era más bien del estilo de un conservatorio de música, el sentimiento que experimenté más a menudo era otro diferente: miedo. Miedo de perder el ritmo. Miedo de perder el tempo. De forma más abrumadora, miedo de mi director de orquesta.
La leyenda del jazz que siempre me ha intrigado más es la del joven Charlie Parker: una noche Charlie participó en una sesión en el Club Reno y estropeó su solo: el baterista principal le lanzó un cimbal a la cabeza y la audiencia le abucheó fuera del escenario. Se fue a la cama con lágrimas en los ojos. Ensayó como un poseso durante el año siguiente, y cuando volvió a Reno, dejó perplejo a todo el mundo.
En el instituto me pasaba horas cada dÃa encerrado en un sótano insonorizado practicando la baterÃa hasta que mis manos sangraban, soñando vivir una transformación como aquella. ¿La figura que me alentaba? Un héroe del barrio, mi director de orquesta del colegio, que habÃa conseguido con su propia y deslumbrante transformación durante la década anterior convertir una banda principiante de jazz de un colegio público de Nueva Jersey en la mejor agrupación musical de su estilo. Durante años tocar la baterÃa se convirtió en mi vida, y por primera vez la música estaba asociada en mi mente, por encima de todo, pero no con el entretenimiento, la diversión, o una forma de expresión personal, sino con el temor.
Mi viaje como baterista culminó en premios y distinciones a nivel nacional, pero todavÃa puedo recordar vivamente las pesadillas, las náuseas, las comidas que me saltaba, los dÃas de insoportable ansiedad... Todo al servicio de un estilo de música que visto desde fuera es reflejo de libertad y felicidad. Lo más crucial para mà en aquellos dÃas fue una única relación: la existente entre mi profesor y yo. Esa relación tan cargada y llena de tensión es lo que yo querÃa realmente explorar en Whiplash. Si es el deber de un profesor empujar a un estudiante hacia la grandeza, ¿dónde está el lÃmite? ¿En qué momento es suficiente? Para capturar las emociones que sentà en mi época como baterista quise rodar cada actuación musical como si fuera un concurso de vida o muerte, una carrera de coches o un atraco a un banco, por ejemplo. QuerÃa mostrar todos los detalles que podÃa recordar: el polvo, la mugre y el esfuerzo que supone una obra musical. Los auriculares y las baquetas rotas, las ampollas y cortes en las manos, los incesantes metrónomos contando y latiendo, asà como el sudor y la fatiga. Asimismo procuré captar esos momentos fugaces de belleza que aporta la música y que esta pelÃcula rescata también con gran emoción.